Hace algún tiempo escribí sobre el cuento La casa de campo de Bibiana Camacho, en ese texto hablé sobre el terror y cómo éste se puede encontrar en cualquier parte, incluso en algunas ocasiones la sociedad en la que vivimos ya lo ha normalizado.
Ahora, de vuelta al libro que me introdujo a dicho terror leí El videojuego, el segundo cuento del libro Jaulas Vacías (Almadía, 2019) de Bibiana Camacho.
En este cuento la autora nos presenta un futuro distópico, como en los mejores libros de ciencia ficción o como lo llamaría Margaret Atwood en una ficción especulativa.
En este futuro nuestra protagonista nos cuenta sobre esta sociedad que se encuentra dentro de un muro en Santa Fe, en la Ciudad de México.
Hablándonos sobre sus tareas diarias, adquiridas después de lo que se conoció como La Medida de Emergencia.
Ese momento en el que este sitio cerró sus puertas al exterior debido a la propagación de un mal que deformaba a sus portadores, al punto de volverlos en una especie de zombies amorfos.

Aquí no hay bibliotecas, hemerotecas, o museos, esto con el fin de que no se sepa sobre el pasado previo a La Medida de Emergencia.
Una de las pocas personas que tiene acceso a documentos sobre el pasado es nuestra protagonista, quien se dedica al escaneo y clasificación de documentos históricos.
Los habitantes o sobrevivientes después de La Medida de Emergencia no suelen salir de sus departamentos, ya que hay muchas cosas por las que los ciudadanos son juzgados y están todo el tiempo monitoreados por personas que tienen un nivel más alto hasta llegar a las personas selectas conocidas como la Central.
En el transcurso del cuento la protagonista nos habla sobre cómo fue el momento en el que desplazaron a la clase baja de la Ciudad de México. Hasta llegar a cómo se encuentra ahora la sociedad.
Llegando el punto en el que cada uno de los habitantes cuida un pedazo de muro para no permitir que los descartados entren a Santa Fe.
Para evitar que eso pase se creo un método para asesinar a estas personas, un método que tiene mucho que ver con un videojuego, como si se tratará de un Call of Duty o cualquier otro juego de shooting.
Llevándonos así a conocer el pasado de esta Ciudad-caos, el posible futuro distópico llevado por la clase alta, creando en el lector ese terror que mencionaba al principio, un terror tal que ya está normalizado en la sociedad en la que viven nuestros personajes, haciéndonos dudar por momentos si nosotros no formamos parte de algún videojuego.