Sin duda alguna México, al igual que muchos otros países latinoamericanos y del mundo entero han tenido historias de mujeres valientes, mujeres que en ocasiones no tuvieron otro recurso más que tomar justicia por sus propias manos. Aunque esto les trajera algún tipo de maldición o las hiciera parecer el bicho raro dentro de su comunidad.
Día a día han sido más las historias de este tipo de mujeres. Y cada día también se abren caminos para expresar toda la opresión de la que han sido víctimas en un volumen considerable de la historia. Llegando así desde hace, no pocos, años a las artes como el teatro o la literatura.
Es por eso que esta semana te hablaré de Carcoma (Almadía,2023) de Layla Martínez. Una novela en la que conocemos a cuatro generaciones de mujeres españolas. Desde la bisabuela hasta la nieta (la cuarta generación).
En ella la autora nos lleva con maestría a través de el terror social, de mostrarnos los peores rostros de la sociedad y cómo algunos miembros de ésta llegan a tomar ventaja de los más débiles. Como es el caso del nacimiento de una de nuestras protagonistas (la abuela), quien nos cuenta cómo su padre convenció a su madre de casarse con ella.
Él era un proxeneta que desde muy joven había decidido que no quería trabajar para la familia que por generaciones les había contratado como servidumbre. Este hombre decidió cortar con eso, pero de las peores formas, conquistando jovencitas a las que convencía de iniciar una relación con él sólo para al final ponerlas a trabajar (me suena muy tlaxcalteca).
Hasta que comenzó una relación “seria” con la madre de nuestro protagonista, quien pensó que este podría cambiar, pero nunca fue así. Lo único que él le cumplió fue darle una casa en la que podrían formar una familia.
Una casa en la que al final era mejor no vivir. Cuando llegaron aquí el don de esta mujer se hizo más fuerte y podía ver las sombras que llegaban a la casa para vivir en ella. Sombras de personas que habían muerto y no encontraban el descanso eterno. Dándose cuenta que ella podía ver muertos pero también podía tenerle una mayor fe a los Santos. En este caso, Santas, que en el total de los casos sufrieron de violencia antes de morir. Fueron mártires.
Además conocemos a la nieta, quien nos habla sobre una desaparición y cómo esta familia de la que el bisabuelo, la primera generación, había decidido no trabajar con ellos volvía a tomar un papel importante y ella entraba a trabajar a esa casa porque no tenía otra opción.
Contándonos así sobre la desaparición de su madre, quien era la más hermosa de esta familia y quien también tenía la habilidad de ver las sombras y hablar con las Santas.
Entre la abuela y la nieta nos hablan de sus respectivas madres y la abuela nos habla sobre su hija. En el que de muchas formas nos destacan los problemas políticos y sociales de esta localidad, la violencia de género y el acostumbrarse a vivir con sufrimiento, rabia e ira.
En el que la casa toma un papel protagónico, mostrándonos cómo ésta tiene su historia, sus odios y sus manías y como a estas mujeres no les permite salir a menos que mueran o desaparezcan y en el que tampoco permite que vivan los hombres. Los termina consumiendo como lo hizo con el esposo de la abuela, el único que no fue un maldito, no la golpeó y la respeto en casi todo.
Sin duda, una obra en la que nos damos cuenta de las luchas diarias de miles de mujeres alrededor de nuestro planeta. Y cómo con el paso de los años han sido más mujeres quienes doman a la vida con sus propias manos.