Un cachorro en la montaña y un vínculo inquebrantable
En Historia de un perro llamado Leal (Tusquets, 2015), el escritor chileno Luis Sepúlveda nos invita a ver el mundo desde los ojos de un pastor alemán. Leal, un cachorro abandonado por accidente en medio de la montaña, es rescatado por un habitante de la zona: un hombre mapuche que lo cría con afecto y respeto.
A través de la mirada del perro, se despliega una historia de amistad, protección mutua y conexión profunda con la tierra. El vínculo entre Leal y su salvador trasciende las palabras; está tejido por la confianza y por una convivencia armónica con el entorno.
Una crítica a la violencia y al saqueo
Sin embargo, esta paz se ve rota por la llegada de hombres que buscan apropiarse del territorio y silenciar a quienes lo protegen. En este contexto, Leal es entrenado por los invasores para convertirse en un perro de ataque, sin saber que su objetivo será aquel mismo hombre que le dio una segunda oportunidad de vivir.
La novela denuncia de forma clara y emotiva cómo la violencia, la ambición y el desprecio por la naturaleza terminan por romper incluso los lazos más nobles. Leal es convertido en un instrumento de muerte, pero su instinto y su memoria le recordarán quién es realmente.
Una fábula contemporánea sobre la humanidad
Con un estilo breve pero profundo, Sepúlveda construye una fábula contemporánea sobre la lealtad, la memoria, el respeto a la naturaleza y la brutalidad del poder. La historia de Leal no es solo la de un perro fiel: es un reflejo de lo que ocurre cuando los humanos destruyen lo que no comprenden, y de cómo la verdadera nobleza no reside en el discurso, sino en los actos.
Esta obra conmueve por su sencillez, pero también invita a una reflexión urgente: la humanidad no solo está acabando con los ecosistemas, sino también con los vínculos más esenciales que nos conectan con la vida.