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Portada del libro de cuentos completos de Elena Garro en editorial AlfaguaraPortada del libro Cuentos completos de Elena Garro

Cada vez que leemos un cuento, una novela, un poema o un ensayo hay una puerta imaginaria que se abre poco a poco dentro de nosotros. Al otro lado de esa puerta nos encontramos con una visión distinta del mundo. Una visión que posiblemente tampoco sea la real, pero que existe y nos ayuda a ver esta realidad y la historia de una forma diferente.

En algunos casos dejamos a algún autor en el pedestal que la sociedad lo ha puesto a lo largo de la historia; otras, nos damos cuenta que de la historia solo se contó su versión y que la otra cara de la moneda tuvo que aprender a vivir en la sombra o en la minimización.

En mi caso me pasó con la obra de Octavio Paz, “el poeta”, el único ganador del premio Nobel en México. Al darme cuenta que no era, como persona, aquello que la historia había contado. Con lo que quise dar la vuelta a la moneda y ver lo que estaba del otro lado. (Sí, tal vez fue una pésima forma de acercarme a esta autora, pido una disculpa, pero así fue).

Y al hacer esto, llegué con una autora que me parece su tiempo no le dio el reconocimiento que ella merecía. Alguien que desde mi perspectiva maneja los tiempos de una forma extraordinaria: Elena Garro. Por lo que antes de adentrarme de lleno a sus novelas, me adentrado a sus cuentos.

Así, llegué a La culpa es de los tlaxcaltecas, el cual pertenece al libro La semana de colores (Universidad Veracruzana, 1964) y que actualmente se puede encontrar en el libro de Cuentos Completos (Alfaguara, 2016).

En este cuento, conocemos a Laura Aldama, quien una noche llega a su casa, ubicada en la Ciudad de México, con una desorientación y comportamiento extraño, se pone a hablar con su empleada, Nacha, sobre lo que ha estado viviendo durante los últimos días.

Así, a través de saltos temporales conocemos conocemos el momento o los años en los que una Laura (habitante de Tenochtitlan) vive, en compañía de su primo-marido, la caída del imperio a manos de unos seres extraños llamados españoles.

A la par que seguimos la conversación de la Laura actual, que vive con su esposo Pablo Aldama, de quien se enamoró en un minuto en una carretera, porque éste le recordaba a alguien. Tal vez a su primo-marido.

Con un manejo excelso del lenguaje y el tiempo, Elena Garro, nos hace conocer los celos de su esposo en el presente y cómo su primo-marido la sigue a través de éste. Como si todos fuesen capaces de desdoblar y recorrer el tiempo por amor, con el fin de cuidarla.

Lo que termina mostrando, más bien, las inseguridades de su marido, al sentir celos por este guerrero al que Laura actual no recuerda. Pero se le hace igual de familiar que el marido de quien se enamoró en un minuto.

A la par que Laura actual va contándole a Nacha estos viajes geográfico-temporales de los últimos meses nos cuenta que todos los mexicanos al final de día somos unos traidores, que está en nuestro ADN, ya que venimos (el pueblo actual) de una traición, de esa que históricamente nos ha hecho afirmar que la culpa es de los tlaxcaltecas.

Mira aquí una breve reseña de La culpa es de los tlaxcaltecas de Elena Garro

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