A lo largo de la historia de la literatura contemporánea, diversos autores han escrito sobre uno de los momentos más oscuros de la historia de la humanidad: la Segunda Guerra Mundial y todo lo que de ella se derivó como el fascismo y nazismo y cómo esta ideología no quedó sólo en Europa sino que de diversas formas llegó a todos los rincones del mundo.
Uno de los autores que escribió sobre esto, específicamente sobre América, fue el chileno Roberto Bolaño en sus obras La literatura nazi en América (Debolsillo, 2017) y su continuación Estrella distante (Debolsillo, 2017). Por lo que hoy te hablaré sobre la primera.
En La literatura nazi en América conocemos a más de 30 autores de diversas latitudes de todo el continente, algunos más exitosos que otros; algunos con más o menos acercamiento al nazismo y sus principales exponentes; otros compartiendo la ideología a tal grado que su vida perdió el rumbo completamente. Entre ellos existen poetas, cuentistas, ensayistas y novelistas.
La novela comienza con la familia Mendiluce Thompson, llevándonos a conocer primero a la matriarca de la literatura nazi en Argentina: Edelmira Thomson de Mendiluce. Siendo este país uno de los principales productores de escritores con esta corriente y siendo ella la principal aportadora de capital para diversas editoriales y revistas, incluso para la exposición de diversos artistas fuera de la pintura.
El libro está estructurado como una enciclopedia/antología, en la que el autor nos da primero el nombre de cada autor, seguido por el lugar y fecha de nacimiento y deceso. Para después adentrarnos en un perfil psicológico, editorial y biográfico de cada uno de los personajes, contándonos en ocasiones sobre sus obras, en otras sobre sus hazañas como aquellos autores colombianos que se enlistaron en el ejército franquista en la Guerra Civil Española y que después fueron hasta Rusia como apoyo a los países del Eje.
Hasta conocer las más profundas perversidades, como en el último capítulo de la novela donde conocemos a Carlos Ramírez Hoffman, un piloto de la Fuerza Aérea de Chile y poeta que escribe sus versos en el cielo con su aeronave de la Segunda Guerra Mundial.
Es en esta parte del libro en la que Bolaño da un salto de una voz neutra a la primera persona, contándonos sobre el momento en el que estuvo detenido en Chile cuando apoyaba a Salvador Allende.
Para así adentrarnos de lleno a la oscuridad de este personaje. Siendo este último un conector con muchos otros autores mencionados a lo largo del libro y muchas otras editoriales nombradas a lo largo del mismo. Contándonos como el nazismo en América nunca tuvo un sentido real y siempre fue más una imitación a la añoranza Eurocentrista. Contándonos a través de cada personaje cómo diversos autores, ajenos a su obra, pueden ser unos monstruos.
Una vez terminado el último capítulo, el autor nos muestra todos aquellos autores mencionados o citados, aquellas editoriales que iban y venían a lo largo de los años y aquellos libros que marcaron a nuestros personajes o que fueron su legado. Para mostrarnos la delgada línea entre el bien y el mal y cómo éste último es universal y, en ocasiones, contagioso.