En La soledad en tres actos de Gisela Leal, conocemos a Antonia, una niña de 7 años que sufrió el abandono de su padre y tiene que ver el proceso de duelo de su madre: Teresa.
Hasta que, en una fiesta esta última conoce a Dionisio un viticultor y dueño de La Soledad, con quien se casa y a partir de aquí vemos todo lo que pasa en esta casa, mostrándonos así la intimidad y el rostro más oscuro del ser humano.
Con adicciones a diversos tipos de sustancias.
Dándonos una panorámica de la iglesia católica y su corrupción; la sed de poder de algunas personas y el ecocidio.
Sin duda una pintura detallada y cruda como lo sería El jardín de las delicias de El Bosco. Como si se ligara El Bosco con Gisela o Gisela con El Bosco, a través de los tres actos pasamos por el cielo, el infierno y esta tierra.
Acompañando a Antonia en este presente que nos llena de tormento y nos hace cubrirnos o descubrirnos en el dulce amargo refugio de las palabras…