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Portada original de Los periodistas de VIcente LeñeroPortada original de Los periodistas de Vicente Leñero

México es un país diverso. Un país en el que se cree en la libertad de expresión, en la libertad de prensa o al menos así lo parece. Basta con entrar a X (antes Twitter) cualquier día y ver cualquier publicación de un medio de comunicación para darnos cuenta de la dura crítica, mostrada a través de comentarios, por parte de la ciudadanía, lo peor: crítica basada en subjetividades: yo veo, yo siento, yo pienso; mostrando así no sólo la ideología de un sector de la población, sino la nula creencia en los medios de comunicación o en los personajes públicos que en ellos laboran.

Otra muestra de los ataques hacia la libertad de expresión provienen desde los círculos de poder: empresarios con intereses particulares que dictan al medio, mejor dicho, a su medio a tomar una línea editorial (con lo que merma la objetividad y la libertad de prensa de dicho espacio); también hay políticos que consiguen apoyo (a través de compensaciones monetarias) con algún columnista o articulista, quien comienza a hacer una serie de reportajes en los que destacan los méritos del político o del partido en mención.

Y la peor de todas, que afecta no sólo la libertad de prensa, sino diversos tipos de libertades ciudadanas: el crimen organizado, ese monstruo que ha generado en los últimos 24 años 163 víctimas, todas relacionadas con su labor periodística. 

Cuando yo estudiaba Ciencias de la Comunicación y Periodismo, me tocó leer o ver las notas, videos y fotografías sobre algún periodista asesinado, entre ellos, los casos más sonados fueron los de: Javier Váldez Cárdenas y Miroslava Breach, reporteros de Riodoce y La Jornada respectivamente.

Estos hechos generaban debate en las aulas, entre quiénes queríamos hacer periodismo y quiénes tomarían otras vertientes de la comunicación. También nos daban motivos para investigar (los más interesados en el tema) sobre periodistas asesinados y sobre hechos históricos del periodismo en México. 

Fue así como muchos nos enteramos sobre el mítico diario EXCÉLSIOR en sus mejores años, y sobre el hombre que lo llevó a ser reconocido como el diario más importante de América Latina: Julio Scherer García.

También, esto a escuchas de un profesor que fue jefe de información en Novedades, supimos sobre el momento conocido como El golpe a Excélsior, en 1976, derivado de las críticas que este diario hacía al presidente en turno: Luis Echeverría Álvarez.

El nombre de Scherer se quedaría guardado en nuestra memoria durante un tiempo y más al saber que había logrado entrevistar a uno de los capos más buscados en la historia contemporánea de México: Ismael El Mayo Zambada, jefe del cártel de Sinaloa.

    Algunos meses después, para una asignatura distinta, una profesora nos sugirió como material de apoyo conseguir el libro Manual de Periodismo (Grijalbo, 1986) de Vicente Leñero y Carlos Marín, a este último lo ubicaba por ser en ese momento el director general de Grupo Editorial Milenio, donde se publica Milenio Diario.

A Leñero no lo ubicaba de nada, pero en esta clase supimos que fue él quien en un inició había dado las bases para dicho manual y después Marín lo había presentado como suyo, a tal punto que en la actualidad dicho texto sólo lleva el nombre del ex director de Grupo Editorial Milenio.

Pasaron algunos años y en estos no había leído nada de Vicente Leñero. Sabía de sus obras, de lo que había hecho para la literatura y el periodismo en México, pero curiosamente no había tenido ninguna obra de él en mis manos.

Fue hasta inicios de 2024 cuando andando por una librería de viejo me topé con una edición de Los periodistas (Joaquín Mortiz, 1984) en un precio bajísimo comparado a las ediciones actuales, por lo que me decidí a comprarlo.

Vaya sorpresa la que me lleve con este autor, con un estilo libre navegando entre la crónica y el reportaje me recordó al libro A sangre fría (Debolsillo, 2016) en la que el autor da espacio a lo que posteriormente se titularía Nuevo Periodismo

En Los periodistas Leñero nos lleva a por una novela testimonial donde el eje principal es justo Julio Scherer García, mostrándonos un trabajo de perfil periodístico sobre este director de diario y sus enfrentamientos pasivo-agresivos con el entonces presidente de la república.

Contándonos sobre cómo fue el complot contra estos servidores de la información para terminar siendo echados del periódico al que se dedicaba en cuerpo y alma. Contándonos así sobre figuras en ese momento y cómo tomaron partido por su director general.

Entre ellos destacan grandes nombres como Carlos Monsivais, José Emilio Pacheco, Jorge Ibargüengoitia, Miguel Ángel Granados Chapa, Ignacio Solares, Vicente Leñero y hasta Carlos Marín, quien en ese tiempo trabajaba en el diario vespertino Últimas Noticias, de EXCÉLSIOR.

Llevándonos de la mano por todo el proceso y salida del diario, nos cuenta las reuniones, las problemáticas y todo lo que los incondicionales a Scherer tuvieron que pasar para llegar al punto de crear un nuevo diario, mejor dicho semanario independiente: La revista Proceso. En el que Leñero llegó a ser  subdirector.

Sin duda, Los periodistas es una obra que muestra la médula de todos aquellos que ejercen esta profesión de forma ética e imparcial. Mostrando en estas páginas males que siguen azotando al país en la actualidad.

Un nuevo periodismo o una nueva novela surgió en México con este brillante escritor quien plasmó, además, uno de los momentos decisivos para la libertad de prensa en este país…   

Mira aquí una breve reseña de Los periodistas de Vicente Leñero.

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