Hace unas semanas escribí la reseña de La reina de espadas (Lumen, 2024) de la autora mexicana Jazmina Barrera, en dicho texto hablaba sobre la poca visibilidad y difusión que tuvo la obra de Elena Garro en México y en Latinoamérica.
Escribí, además, sobre cómo en las páginas de La reina de espadas la autora mexicana nos cuenta pasajes de la vida de la autora de Los recuerdos del porvenir (Alfaguara, 2024), siguiendo los cuentos y las novelas me di a la tarea de leer Mi hermanita Magdalena (Debolsillo, 2022), una obra completamente distinta a Los recuerdos del porvenir.
En Mi hermanita Magdalena conocemos a tres hermanas: Rosa, Estefanía y Magdalena, quienes viven con sus papás y su hermano en la Ciudad de México.
Esta familia forma parte de la clase media mexicana, de años después de la Segunda Guerra Mundial (¿podríamos decir que la literatura de Elena Garro también forma parte de los autores entre guerras?). La casa de esta familia era una casa costumbrista donde quien rompía un poco con esto era Magdalena.
A lo largo de la obra Estefanía nos cuenta sobre la desaparición de su hermana un domingo en el que sus padres habían ido a Cuernavaca y sus hijas e hijo se quedaron en la Ciudad de México al cuidado de Marta y Loreto, quienes trabajaban en casa de sus padres y se habían criado con su madre en Chihuahua, de donde eran originarias.
El rapto de Magdalena se da por un hombre mucho mayor que ella, con quien se ha casado sin haber tenido noción de que la boda era legítima. Uno, porque ella era menor de edad y dos, porque Enrique, su marido, le dijo que todo era una farsa para hacer enojar a su madre quien no aceptaba la relación que éste tenía con ella.
Así, sin tener ni consentimiento ni conocimiento de sus padres Magdalena (que es muy parecida a Elena y muy parecida a la forma en la que se dio el matrimonio entre ella y Octavio Paz) es llevada primero a la casa de la madre de Enrique: doña Justa, quien después del secuestro va a visitar a la familia de la novia todos los días a la hora de la comida, adquiriendo un rol de poder debido a que es la única que conoce el paradero real de Magdalena.
Narrada a través de la perspectiva de Estefanía, Elena Garro, nos muestra un México conservador, en el que sus tías no auguraban un buen matrimonio a sus sobrinas debido a que su padre “carecía de buena fortuna”.
Guardando las apariencias, la familia decide no hablar sobre el rapto de la menor, aceptando ante las hermanas de su madre el matrimonio y contando que tienen comunicación constante con Magdalena, aunque de ella sólo tienen su silencio.
Dando un vuelco hacia la novela detectivesca, Estefanía nos cuenta las investigaciones que hace acompañada de su hermana Rosa, en el que se dan cuenta que Enrique y su hermana ya no se encuentran en México, pero, además, que la familia de su cuñado está posicionada con el Gobierno y cuenta con suficientes recursos aunque estos no parecen tener un origen lícito.
Con lo que las hermanas comienzan a dar con diferentes personajes algunos peores que el anterior y otros tan buenos que terminan siendo silenciados.
Apoyadas del libro Crimen y Castigo de F. Dostoievski las hermanas comienzan a realizar planes para dar con su hermana y poco a poco se van dando cuenta de la realidad que, ya desde esa época, se encuentra a pocos centímetros debajo del suelo de este país.
Cuando están a punto de darse por vencidas llega un telegrama de su hermana. Donde pide ayuda y da la ubicación de su paradero. Para así dar un nuevo giro a la trama. Saltando de las calles oscuras y peligrosas de la Ciudad de México al París post Segunda Guerra Mundial y en conflicto con Argelia.
La indicada para viajar es Estefanía, huyendo en secreto de doña Justa, quien nos narra sobre las desventuras y los días que viven las dos jóvenes mexicanas, siendo involucradas, por los amigos de Enrique, con personas igual o peores que las que habían visto en su país natal.
Con un constante huir, las hermanas visitan Ascona, en Suiza, donde viven nuevos misterios, pero donde Magdalena encuentra el amor de verdad.
Con una novela en la que nos muestra que en ocasiones los esposos en lugar de sumar estorban, Elena Garro nos da muestra de la libertad femenina y de la revolución ideológica que ya se gestaba en Europa en esos años.
Además, nos da cuenta sobre las diferencias sociales, la influencia de la Unión Soviética y del Capitalismo en esos años, en los que en diversos países ambas ideologías convivían siendo rodeadas por espías, conspiraciones e intranquilidad oculta en la epidermis de cada habitante.
Sin duda una obra llena de tintes autobiográficos y de análisis y reflexión sobre las clases sociales, la sociedad y el matrimonio en los años en los que todos los autores querían vivir en París y sentir la verdadera “vida bohemia”.