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Portada del libro Sangre nueva de la escritora mexicana Bibiana Camacho en editorial Random HousePortada de Sangre nueva de Bibiana Camacho

Hace un tiempo escribí la reseña sobre Sangre nueva (Random House, 2024) de la autora mexicana Bibiana Camacho. Por eso ahora te comparto una lista con las 20 mejores frases que me encontré en esta novela.

  • Un espasmo recorrió su espalda. En las fotografías familiares mamá aparecía sin rostro. La imagino amputando cuidadosamente cada una de ellas.
  • Sabía que encontraría algo perturbador. Lo supo cuando el piso se movió bajos sus pies. Cerró los ojos unos segundos. No está temblando, se repitió una y otra vez.
  • Desde que se mudó evitaba a las vecinas, que a la menor oportunidad criticaban lo que hacía y le daban ordenes disfrazadas de recomendaciones.
  • El esposo de Amelia se esfumó cuando sus hijos eran muy pequeños, ella los crió y atosigó con todo tipo de exigencias absurdas. Ya de adultos y con vidas propias la visitaban poco.
  • La única arma de la que disponía era el silencio, de modo que permanecía callada y quieta, casi sin respirar, temerosa de desatar la tormenta por un pequeño descuido.
  • Un sentido de responsabilidad los obligaba a estar atentos a sus bienestar y sacrificar el propio. Se quedó dormida, aturdida por los gritos de ambos. Cuando despertó con un sobresalto de una pesadilla todo era silencio y oscuridad.
  • Casandra se quedó sola en una sala enorme y lujosa con servicio de café y flores. Un par de vecinas le dio el pésame y se marcho casi de inmediato, ante el obstinado silencio.
  • A la semana llamó un abogado para informarle que mamá le había heredado el departamento, lo que hubiera dentro y una cuenta de banco.
  • Recordaba las paredes pintarrajeadas con frases ininteligibles que mamá solía elaborar cuando estaba ebria, sobria y cuando estaba cruda.
  • Casandra no deseaba volver a ese lugar donde mamá nunca fue feliz.

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  • No halló el aparato celular en la bolsa. Mejor, pensó. Voy a sorprender a Manuela. Pronto sus extremidades y pensamiento se alinearon al mismo ritmo.
  • Abrió los ojos. Oscuridad. Fernando dormía al otro extremo de la cama. Una fuerza desconocida la empujó.
  • El corazón le dio un salto, sintió como si se hubiera descolocado y detenido por unos segundos. Los conductos del oxigeno redujeron el espacio y fue incapaz de aspirar suficiente aire para respirar.
  • Encerrada en su estudio, acurrucada, debajo del escritorio, sin concentración para trabajar y con la mente nebulosa; deseaba marcharse de inmediato, dejar todo, establecerse en otro sitio, relajarse, tomar decisiones.
  • Un silencio pesado pareció caer desde el techo hasta la cama. Sintió el colchón más duro de lo habitual. Se acurrucó en un extremo lejos de él y se quedó dormida de inmediato.
  • Al principio mamá no hacía caso, pero, poco a poco, los comentarios hicieron mella en su ánimo frágil.
  • Cuando Padre las dejó, mamá no se convirtió en otra persona, fue quien realmente era, sin apretados corsets impuestos.
  • A pesar de que tenía en mente ir a la farmacia y comprar una prueba solo para confirmar lo que sabía, no lo hizo. Ella misma fue una sorpresa para mamá y Padre; una sorpresa inesperada y perversa.
  • Últimamente estaba irreconocible, no era tan guapo ni tan inteligente, pero tampoco era un monstruo.
  • Las dudas quedaron en suspenso, el tiempo se encargaría de añejarlas y alimentarlas con cualquier mínima sospecha para un día saltar de la guarida y arrasar con todo.

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