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Portada del libro UmbilicalPortada de Umbilical en editorial Alfaguara

Hace un tiempo escribí una reseña sobre este libro del autor argentino Andrés Neuman. Por eso ahora te dejo una lista de las 20 frases que más me gustaron de esta novela.

  • No me atrevo a invocarte antes de tiempo, por si desapareces. ¿O la superstición trabaja en el sentido inverso, y nombrarte te confirma?
  • Pendes de un hilo, pero no es frágil, porque aún desconoces tu fragilidad: eres más bien la nuestra.
  • A falta de otro nombre, lo llamaremos hijo.
  • Y lloro en la cocina pensando en que serán tan bienvenido. No por falta de dudas (que las tuve) ni temores (que los tengo), sino porque has remado por encima de ellos hasta esta cocina con olor a verduras y leche fermentada.
  • Tu madre te percibe como una distensión o un gas afortunado. Eso me cuenta. La humilde precisión de sus molestias me revela de ti más que las obstetricias que me afano en estudiar. Por tus síntomas, hijo, te conozco en el cuerpo del amor.
  • No puedes todavía abrir los párpados, vas a tardar la vida en estrenar tus ojos.
  • Te llamo y golpeas, golpeas y te llamo. Un tam-tam luminoso. Un diálogo de acentos.
  • Tu madre está dormida. Ciclista nocturno, tú mantienes en marcha la máquina del sueño y tus pies pedalean su inconsciente.
  • Ha llegado la ropa antes que el cuerpo, este alboroto de mangas minúsculas. ¿Qué clase de fantasma se viste de antemano?
  • Y fue a la fuerza, hijo, no fueron las promesas naturales. Te empujaron la ciencia, los terrores y algún manual patriarca: la civilización.

Lee aquí la reseña de Umbilical

  • Nos conocimos sin presentaciones en una madrugada de anestesia. No sé qué te canté, pero escuchabas.
  • Gorila del amor, te agarras de los pelos que cuelgan de mi pecho estéril, en el que todavía te empecinas como si del terror brotasen los milagros. Los zarandeas fuerte, los arrancas igual que malas hierbas.
  • Los pechos se le van desmigajando, se infectan, se deshacen hasta ser parte de tu pensamiento. Hoy dolor en nutrirte, un trance insomne y cierta pesadilla especular.
  • Cada vez que te ríes, se quiebran los cristales que transporto en secreto. El mecanismo es simple. Me miras y te ríes y se rompen.
  • Te tomo tantas fotos no para que recuerdes, hijo: para que me recuerdes. Este es el foco oculto. El reverso del álbum.
  • Sonríe, no te muevas, estos éramos.
  • Nos pasamos el día en los brazos del otro, durmiéndonos en mutua dependencia. Tú finges que te cuido y nos hacemos cada vez más infancia, dos tiempos que se acercan lentamente.
  • No. No. Y no: me has enseñado que eres completo así, babeando y en pañales, maestro del instante. Me niego a definirte según lo que en teoría, aún te falta.
  • Ya quisiéramos todos los seres terminados alcanzar tu económico prodigio. Uno por uno exprimes tus recursos hasta el fondo con una precisión que perderás cuando ganes el resto.
  • Acabas de heredar una pequeña pianola de colores que me empeño en probar contigo en mi regazo, por si te tienta el tacto de las teclas. Sin embargo, tú tienes otros planes: volcar el instrumento para verle la espalda. ¿Buscarás el reverso de las notas, el silencio que ocultan?
Mira aquí la lectura de una frase de Umbilical de Andrés Neuman

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