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Portada del libro UmbilicalPortada de Umbilical en editorial Alfaguara

En algunas ocasiones me he acercado a mis padres para preguntar qué sintieron durante los meses de espera para que yo naciera. Qué pensaban, qué sentían, qué miedos les llegaban a invadir por la noche o qué alegrías les llegaban al pensar en el futuro. Pocas veces he recibido respuestas largas. Casi siempre son: pues nos daba miedo, no quisimos saber qué sexo serías, nos alegramos mucho cuando supimos del embarazo. Y suelen hablarme de mis primeros años. O suelen cambiar el rumbo de la plática hacia mis primeros pasos, mi primera palabra, el nacimiento de mi hermano y cosas en las que han dado mayor desarrollo. Tal vez con recuerdos vividos o recuerdos creados (porque así funciona la mente). 

Pensando en esto y después de leer La cabeza de mi padre (Alfaguara, 2022) de Alma Delia Murillo y Qué hacer con estos pedazos de Piedad Bonnett (Alfaguara, 2023), quise acercarme a un libro que hablara de este tema. Pero no de una forma futura, sino de una forma presente. Tratando de entender, ¿cómo se siente el hombre que sabe que está a punto de conocer a su primogénita o primogénito?, ¿cómo ve a su esposa, esa mujer con la que ha decidido compartir su vida y ahora está a punto de parir a aquel que formará una triada de amor, alianzas, complicidad y alegrías?, ¿cómo se mira el hombre como próximo padre, en qué momento se cree protector, qué pasa por su cabeza, qué tanto de su desarrollo refleja en esa intimidad de saberse futuro guía? 

Así, con todas estas dudas, me acerqué a Umbilical (Alfaguara, 2022) de Andrés Neuman. Debo decir que no me defraudo. A través de capítulos cortos Neuman nos demuestra su vulnerabilidad, sus miedos y las imágenes mentales que se crean a partir de la primera ecografía. Acompañamos al padre primerizo, quien con un estilo que va entre la poesía, la narrativa y el ensayo nos cuenta sobre el crecimiento del vientre de la madre, a la par del crecimiento de sus miedos. Escribiendo en todo momento dirigiéndose a él presenciamos su nacimiento, ese momento en el que le explica: 

Y fue a la fuerza, hijo, no fueron las promesas naturales. Te empujaron la ciencia, los terrores y algún manual patriarca: la civilización. 

Traías anudada la bufanda del tiempo, los residuos de la extraña ocurrencia de existir. 

Con un riñón y medio de esperanza, gritaste que el lenguaje es cosa de ir naciendo como puedas. 

Andrés Neuman

Con esto, da paso a la segunda parte del libro, donde habla ya con El aparecido, con ese pequeño ser que cabe entre sus brazos y que ha hecho que cambien sus rutinas, la forma en la que ve los peligros dentro de su propia casa y el lenguaje con el que el mudo se desenvuelve, reflexionando sobre la belleza en cada uno de sus movimiento y la dulzura de su crecimiento día con día. Reflexionando, también, sobre el camino que es la vida, en el que en algún momento habrán de encontrarse la infancia primera del hijo, con la infancia segunda del padre, siendo así, el círculo inefable de estar vivos y ser padres. 

Tal vez, mis padres no escribieran un libro, pero me di cuenta, tal como dice el autor: “Tomo tantas fotos no para que recuerdes, hijo: para que me recuerdes. Ese es el foco oculto. El reverso del álbum. Sonríe no te muevas, estos éramos”. Y al llegar a estas líneas me doy cuenta de los álbumes que no son físicos, sino que he ido formando en el alma. No sé si en algún momento seré padre, pero ahora puedo entender un poco mejor a quienes me esperaron por meses y que a pesar de no encontrar las palabras para describir esa espera, me muestran todos los días que, a su modo, fue auténtica.

Puedes ver aquí una reseña corta de Umbilical de Andrés Neuman.

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