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Portada de Qué hacer con estos pedazos de Piedad BonnettLibro Qué hacer con estos pedazos de Piedad Bonnett

En algunos momentos me he puesto a pensar qué haré cuando llegue a la edad que tienen mis abuelas o a la edad que tienen mis padres. ¿Seguiré llamando a las mismas personas, a cuántos funerales de amistades tendré que asistir, qué será mi sustento económico en ese momento si en la actualidad la pensión no es algo alentador?, ¿con quién compartiré el resto de mi vida, nos amaremos realmente o llegará el punto en que será más la monotonía que el amor?, ¿tendré hijos, tendré nietos, cómo será la relación con mi hermano, cómo será la relación con mis sobrinas?, ¿habré alcanzado todas mis metas laborales, profesionales y académicas?, ¿seguiré viviendo en esta ciudad-caos a la que todos llaman Ciudad de México y yo no puedo evitar, en ocasiones, llamarla DF?, ¿podré caminar o tendré que utilizar bastón, silla de ruedas o andadera; tendré buena memoria, podré realizar las cosas por mi cuenta o necesitaré apoyo de alguien para cubrir por lo menos con mis necesidades básicas? 

Esta y muchas otras preguntas me han llegado a atormentar en más de una noche, sin saber qué responder o cómo calmar esas breves crisis de ansiedad. Pero, para mi buena o mala fortuna, siempre hay un libro esperando para darme una perspectiva de aquello que inunda mi mente. 

Hace unas semanas leí Qué hacer con estos pedazos (Alfaguara, 2023) de Piedad Bonnett, en esta novela me encontré con Emilia, una mujer de 64 años, casada y quien actualmente es reportera en una o tal vez varias revistas.

Viviendo para este trabajo a pesar que a su marido no le agradan los viajes constantes que debe hacer, porque tal vez él pensaría que la esposa debe quedarse a cuidar del hogar, para validar las tareas ejecutadas por su empleada doméstica: Mima. 

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La autora nos dice en la primera línea que “a veces basta tirar una piedra sobre un tejado para que una casa se desmorone.” Y es justo eso, lo que comienza a pasar no sólo con el matrimonio de Emilia sino con aquello que la rodea. Con aquello que creemos ser. Aquella visión de nuestra propia vida en la que nos encargamos de contarnos que todo siempre está bien.

La narradora nos muestra que su esposo ha tomado la decisión de remodelar la cocina sin consultarlo con ella primero. Lo que la lleva, más allá del enojo, a poco a poco darse cuenta de todas aquellas fracturas comunicativas que se han dado con él a lo largo de los años y que también se han vuelto una costumbre con su propia familia. 

Contándonos así sobre su hermana y sus aires de pureza y mártir, que si bien tuvo las mismas oportunidades educativas y profesionales que Emilia, ella decidió desistir de su éxito para cuidar a su madre mientras era consumida por el alzhéimer.

Hablándonos también sobre su hermano, ese arquitecto humilde que un día dejó de serlo para volverse en uno de los más reconocidos a nivel mundial de tal forma que poco a poco dejaron de verlo, con periodos más largos a partir del funeral de su madre. 

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Dando saltos entre el pasado y el presente, entendiendo los roles familiares en la casa de Emilia-niña, aprendiendo sobre el machismo bajo el que las educó su padre, quien en el presente ha sufrido un accidente cerebro vascular y está delicado de salud. Provocando que la hermana siga el mismo patrón que cuando se comenzaba a ir su madre: dedicarse al cuidado de él en cuerpo y alma. 

Además, Piedad Bonnett nos muestra otra gran fractura en la vida de Emilia, el distanciamiento con su hija. El cómo de un momento a otro cambió la dinámica familiar, dejó de ser la niña pequeña para volverse en la adolescente y posteriormente en la adulta que vive en otra ciudad o país y que ha abierto un abismo con su madre, tan grande, que Emilia ya no sabe cómo sanar. 

Sin duda, una obra que puede no responder a las preguntas que planteaba al principio, pero si puede darnos una premisa: haz que cada momento para llegar a esa edad valga la pena. Porque al final del camino no se trata tanto de la vejez o la felicidad estando ahí, sino de la plenitud con que creaste el camino hacía esa salida…

Puedes ver aquí una reseña corta de Qué hacer con estos pedazos de Piedad Bonnett

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